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jueves, 3 de agosto de 2017

Biografías


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Matías Ramón Mella



                             Francisco del Rosario Sánchez




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              Francisco Alberto Caamaño Deñó




Ulises Heraux (Lilís)

martes, 1 de agosto de 2017

Los Inicios del Siglo XX

 
 Gobierno de Ramón Cáceres


 El 19 de noviembre de este año 2011 se cumplen 100 años de la trágica muerte del presidente Ramón Cáceres quien gobernó durante el período diciembre 1905-noviembre 1911, y a quien se le acreditan muchos importantes logros y conducir el país por el camino de la paz, el orden y el progreso. Veamos algunos de estos logros de manera muy breve y las consecuencias que le trajo al país su inesperada y lamentable muerte a manos de un reducido grupo de disgustados y sentidos por las acciones de saneamiento de la administración del estado.

La reorganización del Poder Judicial y la creación de la Corte de Casación integrando para todas estas reformas en el tren de la justicia destacados profesionales como fueron Apolinar Tejera, Manuel Arturo Machado, Andrejulio Montolío, Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, Américo Lugo, Peregrín Castillo, Francisco Henríquez y Carvajal, Ubaldo Gómez, Rafael Castro Ruíz y otras figuras nacionales que sirvieron en diferentes posiciones de importancia en el área de la justicia.

Se estableció el Sistema Bicameral creándose la Cámara de Diputados en parecidas condiciones al cuerpo de Senadores integrado cada una de estas por doce miembros que representaban las provincias de ese entonces. Reestructuró y organizó las fuerzas militares creando la Guardia Republicana y la Policía Nacional, y contando para dirigir estas con Alfredo Victoria y Simón Díaz, respectivamente.

En el área de las construcciones, le dio énfasis al ferrocarril, terminándose desde Santiago hasta Moca y proyectando la construcción de este sistema a La Vega, Cotuí, Santo Domingo, San Pedro de Macorís y La Romana. Este último tramo ya contratado para su ejecución con Pedro Marín.

Las Leyes de Franquicias Agrarias y de Colonización y Fomento Fronterizo, así como el establecimiento de dos granjas agrícolas, una en Haina y la otra en Moca, el Tratado de Agricultura Teórico y Práctico a cargo este de Francisco Xavier Amiama Gómez, la Dirección de Agricultura integrándola al Ministerio de esta área que estuvo bajo la dirección de, primero, Emilio Tejera y luego de Rafael Díaz dándole mucho énfasis a la educación agrícola y a la producción de importantes rubros como el azúcar, el café, el cacao, el tabaco, la ganadería y otros, así como a la industrialización y exportación de estos, y a la vez le dio suma importancia a la construcción y mantenimiento de caminos de penetración a las diversas zonas de producción agrícola y pecuaria.

En el área de la Educación y la Cultura, le dio mucha prioridad a la mejora considerable de la primera y contó para estos programas de desarrollo educativo con Félix Evaristo

Mejía, uno de los mejores y principales discípulos de Eugenio María de Hostos. Figuras respetables como José de Jesús Ravelo y Abelardo Rodríguez Urdaneta fueron encargados para dirigir las actividades musicales y las artes plásticas, respectivamente.

Apoyó la obra histórica de José Gabriel García, nuestro gran historiador y extendió por todas las escuelas y el país esas enseñanzas contenida en los cuatro tomos de su Historia Patria. Un libro de suma importancia, fue el que se refiere al Directorio de la República Dominicana de Enrique Deschamps, famoso en nuestro país, y un libro de 450 páginas y cientos de gravados que da a conocer todos los asuntos que conciernen a nuestro territorio y como especie de directorio de provincias y municipios, comercial y general.

Algunos comentarios de conocidos historiadores que vivieron y escribieron aquel exitoso período gubernamental. De Sumner Welles, en su famoso libro: “La Viña de Naboth” dice en dos párrafos de su gran contenido:

“Al asumir Ramón Cáceres la presidencia, el timón de los asuntos públicos quedó en manos de un hombre destinado a conceder a la República Dominicana cinco años de una administración pacífica, estable y disciplinada, y por primera vez en la historia de la nación, hubo un gobierno no solo consciente de las necesidades del pueblo, sino también capaz de satisfacerlas”.

“El nuevo orden de las cosas resultante de la promulgación de la convención, y el restablecimiento del crédito de la nación, se reflejó inmediatamente en una ola de prosperidad que cubrió todo el país. Las condiciones comerciales e industriales se tornaron más satisfactorias de lo que alguna vez hubiera sido, y el mejoramiento se evidenció en seguida por un aumento material en el volumen de los negocios. Las rentas anuales para 1907 alcanzaron un total de cerca de 4,000.000, suma que contrastaba, de una manera marcada, con las bajas cifras del año precedente”.

Luis Felipe Mejía, en su libro reeditado varias veces: “De Lilís a Trujillo”, dice: “Como administración honrada, eficiente y progresista no habíamos disfrutado nunca de un régimen semejante.”

En los primeros meses de 1911, William Russell, ministro de los Estados Unidos, visitó al  presidente Cáceres en Estancia Nueva, para tratar asuntos concernientes a sus funciones, y luego recorrió la finca junto a Mon y familiares. El ministro Russell quedó asombrado, y así lo relató posteriormente multitud de veces, “de ver la bondad y la absoluta llaneza de aquel Jefe de Estado en el trato con sus peones, la gran modestia de su casa y de sus campos después de 5 años de ejercicio”.

Sobre su muerte y consecuencias para el país, Juan Bosch, testigo en su niñez de los momentos inmediatos después de la muerte de Cáceres, la describe en un artículo publicado en el Listín Diario en abril de 1935 de la manera siguiente:

“A Lilís se le pudo matar y salir glorificado del asesinato: Lilís gobernaba por el solo placer de gobernar; a Cáceres no se le debió matar nunca. Todavía se resiente el país de aquella tragedia. Duele en el corazón dominicano pensar dónde estaríamos hoy si el vigoroso capitán mocano hubiera llenado su ambición de progreso. Pero más aún duelen los años trágicos que se desencadenaron sobre el cadáver de aquel hombre.”

De Sumner Welles en su libro ya citado y gran conocedor de la vida dominicana de esa época:  “Jamás estuvo un crimen político menos justificado que el del asesinato de Cáceres. A ese crimen puede atribuírsele directamente la anarquía y el desastre de los años que siguieron y todos los factores que condujeron, finalmente, a la ocupación militar de la República por los Estados Unidos.”

  

Gobierno De Horacio Vásquez y Sus Características:


Características:
Fomentó las actividades agrícolas y la industria.
Fue respetuoso a las libertades públicas.
Se aprobó una convención que apoyo un préstamo de 10 millones de pesos.
En su ultimo periodo de gobierno, permitió un gran desorden administrativo y el enriquecimiento lícito de algunos de sus funcionarios.
Horacio Vásquez se dedicó a la agricultura y al comercio, se inició en la vida política en el año 1886, después de la Rev. De Moca. Fue un opositor del presidente Ulises Heureaux.
Ocupo la vice-presidencia de la República desde el 29 de noviembre del 1899 hasta el 26 de abril de 1902.
En 1928 intentó prolongar su mandato por 2 años más, provocando que se hiciera una conspiración en su contra encabezada por Trujillo. Fue derrocado el 27 de febrero de 1930 por el llamado “MOVIMIENTO CÍVICO”. Luego enfermó y falleció el día 25 de marzo de 1936.

Gobernó:

Del 1ro. de septiembre de 1899 al 15 de noviembre de 1899
Del 26 de abril de 1902 al 23 de abril de 1903.
Del 12 de julio de 1924 al 6 de enero de 1930



                                                                                                                                                                                                                                        
Juan Isidro Jimenes y Pereyra. 

Político dominicano. Presidente de la República tras la muerte de Ulises Heureaux (1899–1902), intentó hacer frente a la enorme deuda pública con sendos acuerdos con los acreedores europeos (1899) y estadounidenses (1900), y liberó las exportaciones de tasas impositivas. Derrocado por el general Horacio Vázquez, fue nuevamente elegido presidente en 1914. En 1916 fue obligado a dimitir por el presidente estadounidense Wilson.      
Primer periodo presidencial

Su crédito como financiero le aupó a la presidencia con el apoyo de los militares que habían tomado parte en la conjura contra el anterior presidente. Éstos le impusieron como vicepresidente al general Horacio Vázquez, implicado en el asesinato de Heureaux, con quien Jiménez mantuvo una tensa relación. La oposición entre ambos polarizó la vida política del país, que se dividió entre jimenistas y horacistas (también llamados bolos y colúos, respectivamente, utilizando la jerga de las populares peleas de gallos).

Jiménez heredó la exorbitante deuda externa acumulada durante el mandato de su predecesor y cuya cuantía total se habían mantenido hasta entonces oculta. La situación financiera del país era catastrófica: los ingresos aduaneros estaban en manos de capitales y administradores extranjeros, que controlaban buena parte de los recursos hacendísticos.

Para tratar de restablecer el control del gobierno sobre la administración financiera, Jiménez suprimió los impuestos a la exportación y decretó la expulsión del personal extranjero que controlaba las aduanas. Negoció directamente con los acreedores europeos y estadounidenses del país. Con los primeros logró llegar a un acuerdo sobre la deuda, pero con los Estados Unidos (representados por la poderosa Santo Domingo Improvement Company) todos sus esfuerzos resultaron inútiles. Al mismo tiempo, el país sufría continuas revueltas y asonadas militares.

En abril de 1902 fue depuesto por un movimiento encabezado por el vicepresidente Horacio Vásquez. Al año siguiente, a la caída de Vásquez, trató de retomar el gobierno, pero los lilisistas se adelantaron y Alejandro Woss y Gil se hizo con el poder.

Segundo período presidencial

Ocupó de nuevo la presidencia en 1914, tras la celebración de una elecciones controladas por Washington. Durante su segundo mandato afrontó las continuas injerencias norteamericanas en los asuntos dominicanos. La administración de Woodrow Wilson pretendía poner bajo el control directo de Washington los recursos económicos del país y sus fuerzas de seguridad.

El 15 de abril de 1916, el secretario de Estado norteamericano William Jennings Bryan decretó la invasión de la República Dominicana. Tropas de infantería de marina estadounidenses ocuparon las principales ciudades del país y se hicieron cargo de las oficinas aduaneras.

La autoridad de Jiménez quedó en entredicho al producirse la ocupación extranjera y, en mayo de 1916, el Congreso de la nación se pronunció a favor del alzamiento del ministro de Guerra general Desiderio Arias Peña. Jiménez se vio forzado a presentar la dimisión.

Fue sustituido en la presidencia por Francisco Henríquez y Carvajal.

Inicios del siglo xx de Wanda Calzado


Intervención Norteamericana

A la caída de Mon Cáceres, los Estados Unidos se convirtieron en el arbitro de la política dominicana.

La guerra civil comenzó con el enfrentamiento de Alfredo Victoria (horacista), jefe del Ejercito y Desiderio Arias (jimenista), lo que llevó al gobierno norteamericano a intervenir directamente en la crisis, ya que, Arias había ocupado las aduanas fronterizas y los haitianos habían invadido parte del territorio dominicano.

Ademas de nombrar un contralor para las aduanas, el Presidente Woodrow Wilson, envió a un representante a dar un ultimatun a los dominicanos: tenían que ponerse de acuerdo y deponer las armas, ademas de elegir a un Presidente aceptado por todos, ya que su gobierno, no permitiría mas revoluciones en el territorio dominicano.

Resultó electo Juan Isidro Jimenes, que también fue víctima de un levantamiento militar en 1916 de parte del Secretario de Guerra Desiderio Arias, lo que dió lugar, entre otras cosas al desembarco de los Marines norteamericanos en 1916.

Resultados políticos

Este relato atropellado y caótico, da una idea de la situación interna del país y la importancia que para los intereses de la potencia continental emergente tenía este territorio.

Estados Unidos tenía tropas desde 1915 en territorio haitiano, ocupaba Puerto Rico, como resultado de la guerra Hispano-Americana de 1899 y no iba a permitir la inestabilidad en la República Dominicana, cuando quería mantener alejadas del continente a las potencias europeas.

Ademas de imponer la organización del país en términos administrativos, la ocupación norteamericana tuvo dos efectos de consecuencias políticas que sobrepasaron sus 8 años de duración.

La sustitución de la Guardia Republicana de Ramón Cáceres, por una Guardia Nacional hecha a imagen y semejanza del Cuerpo de Marines, de ella, compuesta en su mayoría por personas humildes y desempleados, surgiría posteriormente Rafael Leónidas Trujillo.

La segunda consecuencia, fue la resistencia nacionalista que se expresó por diversas vías en contra de la invasión.

Los intelectuales de mayor peso de la República, se unieron para pedir la desocupación ¨Pura y Simple¨ del país de parte de los soldados extranjeros: Federico Henríquez y Carvajal, Emiliano Tejera, Fabio Fiallo, Max Henriquez Ureña, Américo Lugo, Enrique Apolinar Henriquez y muchos otros.

El pensamiento y acción política por medios cívicos, estuvo centrada entonces en el pedido de retirada de las tropas interventoras, lo cual se logró con la firma del Tratado Hughes-Peynado en 1922.

La lucha armada en contra de los norteamericanos la encabezaron los llamados Gavilleros, fuerzas irregulares que enfrentaron a los Marines y no fueron vencidas hasta que intervino la nueva Guardia Nacional.

Vuelta de los caudillos

El Tratado Hughes-Peynado, estipulaba la elección por consenso de un Presidente provisional, lo que recayó en la persona de Juan Bautista Vicini en 1922, quien a su vez entregó el poder a Horacio Vasquez, que resultó electo en las elecciones de 1924.

Vasquez realizó un gobierno personalista, de típico corte caudillista, aunque dando cierta estabilidad a la política interna del país.

Sus últimos dos años de mandato se caracterizaron por los cuestionamientos a la prolongación de su mandato y la consecuente división de su base política de apoyo.

Como todo gobierno organizado alrededor de una personalidad, a medida que su estrella se apagaba fruto de la enfermedad enfermaba, la balanza del poder se inclinaba a un nuevo caudillo que acechaba en las sombras.




Ascenso y Consolidación de Trujillo



¿Cómo Trujillo tomó el poder?
 El derrocamiento del presidente Vásquez a finales de octubre de 1929, en medio de una crisis política y económica, Vásquez viajó a Estados Unidos para operarse de un riñón y tuvo que permanecer en ese país poco más de dos meses. Alfonseca asumió la presidencia interina y Virgilio Martínez Reyna, influyente político en el Cibao, le aconsejó que destituyera a Trujillo, quien se había convertido en un peligro para el gobierno, ya que controlaba el ejército y desde ahí estaba robando dinero y acumulando riquezas y poder político.  Alfonseca, siguiendo los consejos de Reyna, invitó a Trujillo a su ofi cina pero éste no llegó. Luego lo convocó mediante una orden y Trujillo llegó acompañado de 14 oficiales, para darle una demostración de fuerza. La reunión entre ambos fue tan tensa, que la Legación de Estados Unidos, que era como se les llamaba entonces a las embajadas, intervino para evitar que se dieran otros encontronazos entre ellos.

La ditactura de Trujillo (1930-1961)  (Leer libro)

La Muerte de Trujillo



El proceso Político entre 1961 y 1966

El país tras la muerte del tirano

LOS PARIENTES DE TRUJILLO, MILITARES Y ALIADOS CIVILES, HICIERON TODO LO POSIBLE PARA MANTENER EL PODER

La muerte violenta de Rafael L. Trujillo, el 30 de mayo de 1961, no significó el derrumbe inmediato de la dictadura. De hecho, Ramfis, el hijo mayor del tirano, junto con sus tíos Héctor Bienvenido y José Arismendy Trujillo, la alta jerarquía militar así como algunos políticos e intelectuales que durante muchos años le habían servido fielmente a su familia, hicieron todo lo posible por conservar el control del gobierno al precio que fuera necesario.

Una de las primeras medidas del gobierno conformado por Ramfis Trujillo y Joaquín Balaguer fue gestionar que los Estados Unidos colaboraran para que la Organización de Estados Americanos levantara las sanciones económicas impuestas al país desde agosto de 1960.

Dictadura. La muerte de Rafael Leonidas Trujillo 
produjo cambios significativos en la historia de República Dominicana.

Para atraerse las simpatías de la administración de John F. Kennedy, el gobierno dominicano desplegó una estrategia de apertura política, permitiendo el retorno de los exiliados y, al mismo tiempo, propiciando un ambiente favorable para el nacimiento del partidismo político.

En el plano político, por primera vez después de 30 años de férrea tiranía, los dominicanos comenzaron a disfrutar las ventajas de la libre expresión del pensamiento y del pluralismo político a través de la existencia de varios partidos políticos. Se rompía así la obligatoriedad, que imperó a lo largo de la dictadura, de pertenecer a un partido único, que es una de las características de los regímenes totalitarios, como el que implantó Trujillo en República Dominicana.

Así, durante las primeras semanas de julio de 1961 tres organizaciones políticas iniciaron sus actividades públicas: el Partido Revolucionario Dominicano, fundado en Cuba en 1939, cuyo líder principal era el escritor Juan Bosch; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, dirigido por el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, y cuyo nuevo nombre fue Agrupación Política 14 de Junio; y la Unión Cívica Nacional, institución mayormente integrada por la clase media y alta, presidida por el doctor Viriato A. Fiallo. Poco después surgieron otros partidos minoritarios que contribuyeron a la educación política de los dominicanos en el ejercicio de las libertades públicas al tiempo de darles la oportunidad de escoger por su propia voluntad al candidato de su preferencia para dirigir los destinos nacionales.

Los Trujillo abandonan el país
Los seis meses transcurridos entre junio y noviembre de 1961 fueron turbulentos y traumáticos. Mientras, por un lado, el Gobierno trujillista aplicaba una política de terror y violencia en plena luz del día, por el otro, la naciente oposición política comenzaba a perder el miedo frente a los organismos represivos (como el Ejército, la Policía Nacional y sobre todo el Servicio de Inteligencia Militar, SIM). Las protestas públicas, cada vez más masivas, fueron multiplicándose en todo el territorio, exigiendo la salida del país de los Trujillo, la renuncia de Balaguer y de los principales colaboradores del antiguo régimen.

Los días 18 y 19 de noviembre de ese año constituyeron el punto final para los remanentes del trujillismo. En la Base Aérea de Santiago, el general Pedro Ramón Rodríguez Echavarría se pronunció contra los Trujillo y lo mismo hizo el general Andrés Rodríguez Reyes en la capital. Pero ya Ramfis Trujillo había decidido abandonar Santo Domingo con destino a París, Francia, cosa que hizo el día 18, siendo seguido por sus tíos y otros familiares, que se dirigieron hacia otros países.  Pero antes de viajar al extranjero, Ramfis Trujillo, en persona, se trasladó a una finca propiedad de su familia llamada Hacienda María (en las proximidades de Haina), y allí, junto con algunos de sus más cercanos colaboradores, asesinó a los seis héroes de la conjura del 30 de Mayo que desde junio guardaban prisión en las cárceles de la dictadura, donde padecieron las más espantosas torturas. Ellos fueron Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel Cáceres Michel (Tunti), Roberto Pastoriza Neret, Huáscar Tejada, Pedro Livio Cedeño y Modesto Díaz Quezada.

Tan pronto la población se enteró de que la familia Trujillo y algunos de sus colaboradores más cercanos habían huido del país, la alegría fue colectiva. A lo largo del territorio nacional muchedumbres se lanzaron a las calles a festejar la trascendental noticia, mientras otros grupos se dedicaron a derribar bustos, estatuas, letreros, en fin, todo lo que simbolizara al dictador Trujillo y a su familia. Muchas propiedades de los Trujillo también fueron objeto de la furia del pueblo que, durante tantos años, había tenido que reprimir sus deseos de libertad. La capital de la República recuperó su antiguo nombre de Santo Domingo y se inició el período que entonces se llamó “la destrujillización”. Los dominicanos fueron preparándose gradualmente para una nueva forma de convivencia en sociedad y mucha gente del pueblo comenzó a utilizar vocablos que antes no formaban parte del léxico cotidiano, tales como: libertad, amnistía, derechos civiles, justicia social y democracia, entre otros.

El proceso de democratización
En 1961 República Dominicana mostraba notables transformaciones en diferentes aspectos. La población superaba los tres millones de habitantes; la división territorial y política del país también había cambiado considerablemente, y de doce provincias que había en 1930, ahora, tras la desaparición del tirano, el país contaba con 25 provincias y un Distrito Nacional.

Asimismo, una moderna infraestructura vial comunicaba las diferentes regiones del territorio nacional, que ya no estaban tan distanciadas como en los tiempos anteriores a la Primera Ocupación Militar Norteamericana de 1916,  lo que posibilitaba un mayor intercambio comercial y social entre diferentes pueblos.

Aun cuando todavía la mayor parte de la población vivía en zonas rurales, lo cierto es que a partir de la desaparición de la tiranía trujillista la nación dominicana entró en un acelerado proceso de urbanización y modernización política, económica y social inspirada en el modelo de la democracia representativa.

El Consejo de Estado
Un gobierno colegiado, integrado por siete personalidades, llamado Consejo de Estado, fue creado con el fin de preparar la transición hacia la nueva etapa política que anhelaba la colectividad. El Consejo de Estado inició su gestión el primero de enero de 1962 y su principal misión, además de promulgar una amnistía general y de propiciar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Sustantiva, consitía en organizar elecciones generales para elegir los nuevos mandatarios de la nación. La consulta electoral fue fijada para el 20 de diciembre de 1962 resultando electo presidente Juan Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano.

Juan Bosch se juramentó el 27 de febrero de 1963 como el primer Presidente dominicano libremente electo en elecciones libres después de 30 años de dictadura. Su gobierno apenas duró siete meses; sin embargo, durante ese breve período se lograron importantes conquistas en el plano democrático, como fue la de impulsar la aprobación de una nueva Constitución Política, que resultó ser la más avanzada del siglo XX dominicano.

El golpe septembrino
En la madrugada del 25 de septiembre de 1963, un grupo de militares encabezados por el entonces Secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Víctor Elby Viñas Román, derrocaron el gobierno constitucional presidido por Juan Bosch, a quien apresaron y luego obligaron a salir del país con destino a Puerto Rico. Los militares golpistas, que contaron con el apoyo de poderosos sectores empresariales y políticos, disolvieron el Congreso, restablecieron la Constitución de 1962, ordenaron la formación de un Gobierno Provisional y declararon fuera de la ley a los partidos políticos calificados de comunistas o pro comunistas. Terminó así el primer ensayo democrático en la República Dominicana después de la tiranía trujillista.

La insurrección de Manaclas
El derrocamiento de Bosch tomó por sorpresa a mucha gente. La mayoría del pueblo, empero, rechazó de plano el desatino de los militares golpistas, pero las medidas represivas del gobierno defacto fueron efectivas impidiendo una reacción escalonada de las masas que deviniera en una revuelta civil. Sin embargo, al cabo de casi dos meses tendría lugar un levantamiento armado con el fin de restituir a Juan Bosch al poder.

El 29 de noviembre el Movimiento 14 de Junio, con su principal líder a la cabeza, el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, declaró la guerra al Triunvirato tras sublevarse en diferentes montañas del norte, este y sur del país. 

En poco menos de un mes, el ejército del gobierno de facto logró derrotar a los revolucionarios, quienes se fueron a las montañas sin haber recibido un riguroso entrenamiento militar y sin haber hecho la coordinación necesaria para que en las ciudades, mientras ellos combatían al ejército en las montañas, se llevaran a cabo acciones de guerrillas urbanas. La gran mayoría de los revolucionarios fue hecha prisionera, pero Manolo Tavárez Justo y más de diez de sus compañeros que decidieron entregarse a las autoridades, luego de reconocer que su causa estaba perdida en el plano militar, fueron fusilados el 23 de diciembre de 1963.

Después de esos acontecimientos luctuosos, la caída del Triunvirato era cuestión de tiempo. Pero transcurriría poco más de un año para que surgieran las condiciones objetivas y subjetivas que hicieron posible deponer al Triunvirato. Así, en la madrugada del 25 de abril, Donald Reid Cabral, presidente del gobierno de facto se vio forzado a renunciar, siendo sustituido por José Rafael Molina Ureña, como Presidente provisional. Molina Ureña había sido presidente de la Cámara de Diputados en el gobierno de Juan Bosch y como el presidente del Senado, que lo era Juan Casasnovas Garrido, no estaba en el país, de acuerdo con la Constitución de 1963 le correspondía al primero desempeñar la Presidencia hasta que su titular constitucional regresara al país.

La nueva crisis política que surgió a raíz del golpe que depuso al Triunvirato dividió a las Fuerzas Armadas en dos bandos irreconciliables: el de los constitucionalistas, que en principio lideraba el Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez (quien se encontraba en el exilio), y el de los adictos al Triunvirato, que además se oponían al retorno de Bosch. Este último grupo, con asiento en la Base Aérea de San Isidro, donde operaba el poderoso CEFA, lo dirigía el Coronel Elías Wessin y Wessin.

Los militares constitucionalistas, entre los que se destacaban Francisco Alberto Caamaño, Manuel Núñez Noguera, Hernando Ramírez, Héctor Lachapelle y otros, decidieron distribuir armas entre la población civil a fin de oponer resistencia al grupo militar de San Isidro y también al grupo de San Cristóbal, que habían designado una Junta Militar que apenas duró tres días. En cuestión de horas, estos dos bandos militares iniciaron una serie de enfrentamientos bélicos que desencadenaron en lo que se conoce como Revolución de Abril.

La guerra patria
El presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, atendiendo a una petición que le hizo la Junta Militar de San Isidro, ordenó el envío a la República Dominicana de tropas de la Infantería de su país con el propósito de proteger las vidas de ciudadanos norteamericanos que “supuestamente estaban en peligro”. Fue la segunda ocasión en que, durante el siglo XX los Estados Unidos ocupaban militarmente República Dominicana; pero, a diferencia del período 1916-1924, la ocupación militar de 1965, que comenzó el 28 de abril, no abarcó todo el territorio nacional, sino que se limitó a la ciudad capital.

En cuestión de días, aproximadamente 42,000 soldados norteamericanos, apoyados por una imponente escuadra naval que incluía portaaviones, tanques de guerra, helicópteros y los más sofisticados armamentos, ocuparon la ciudad Primada de América y de inmediato establecieron un corredor de seguridad que dividió en dos zonas la capital de la República.



La Revolución de Abril de 1965
En 1924 se llevaron a cabo elecciones en la República Dominicana, las cuales elevaron a Horacio Vásquez a la presidencia de la República. Después, durante la dictadura de Rafael Trujillo Molina, que se inicia en 1930, se escenificaron una serie de elecciones fraudulentas. Es el 20 de diciembre de 1962 cuando se efectúan elecciones verdaderamente libres en la República Dominicana, saliendo electo presidente de la República el profesor Juan Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano.

Desde que el teniente coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez retornó al país después de realizar altos estudios en Fort Gulick, Zona del Canal de Panamá, a inicios de diciembre de 1962, se percató con sus amigos capitán Fernando Cabral Ortega y primer teniente Héctor Lachapelle Díaz, de la situación política-electoral del país, con el doctor 

                Francisco Alberto Caamaño Deñó

Viriato Fiallo y el profesor Juan Bosch como aspirantes a la presidencia de la República, teniendo éste último la desventaja de que por sus ideas liberales se le tildaba de comunista en sectores muy conservadores del país, por lo que los rumores apuntaban a un golpe de Estado si Bosch ganaba las elecciones.

De ahí en adelante, poco a poco, el teniente coronel Fernández Domínguez y el grupo de oficiales que tenía sus mismas ideas, fueron perfilando un plan para apoyar, primeramente, el resultado de las elecciones y posteriormente no permitir el derrocamiento del que resultara electo presidente de la República.

Las elecciones fueron ganadas por el profesor Juan Bosch el 20 de diciembre de 1962 y tomó posesión el 27 de febrero de 1963.

Los que perdieron las elecciones, junto a sectores muy conservadores y con el papel importante desempeñado por los jefes militares del momento, comenzaron a conspirar contra el gobierno del presidente Bosch, aun antes de la toma de posesión de éste. Esta es la causa por la cual oficiales de las Fuerzas Armadas inician aprestos para impedir que se cercenara la voz de la voluntad popular salida de las gargantas de las urnas; para evitar que se instaurara un gobierno de facto. El golpe de Estado contra Bosch, pudo haber sumido la nación en otra dictadura.

En la medida en que avanzaba la conspiración contra el Gobierno Constitucional de Bosch, gobierno que algunos sectores catalogaban de comunista amparados en el período de la Guerra Fría, los aprestos organizativos para impedir su derrocamiento también avanzaban, bajo la jefatura del teniente coronel Fernández Domínguez y su grupo de oficiales, correspondiendo a los oficiales de planta de la Academia de las Fuerzas Armadas "Batalla de las Carreras" ser los pioneros, como grupo homogéneo, de lo que posteriormente sería la Revolución de Abril de 1965.

Pero el golpe de Estado no se pudo evitar y el 25 de septiembre de 1963 es una página negra en la historia dominicana, cuando hombres de las cavernas derrocaron el Gobierno Constitucional del profesor Bosch, entre los que se encontraban los que perdieron las elecciones.

Un Triunvirato sustituyó al gobierno constitucional y un gran número de oficiales de las Fuerzas Armadas fue cancelado por su oposición al golpe de Estado. El teniente coronel Fernández es enviado a Madrid, España, y surge el Grupo Los Muchachos de la Bomba, oficiales cancelados que aglutinó el ex capitán Héctor Lachapelle Díaz en una estación de gasolina que administraba propiedad de su cuñado Bolívar Bello Veloz, quienes al mando de Fernández Domínguez desde España y desde mediados de 1964 por el teniente coronel Miguel A. Hernando Ramírez, fueron bujía inspiradora para los planes para restituir en el poder al depuesto presidente Bosch y la Constitución de 1963.

Junto a ellos, entre otros, el doctor Rafael Molina Ureña, doctor José Francisco Peña Gómez, ingeniero Leopoldo Espaillat Nanita, capitán Mario Peña Taveras y sus hombres, así como coronel Francisco Caamaño Deñó, capitán de fragata Manuel R. Montes Arache y una enorme pléyade de valientes, que hicieron estremecer la República Dominicana el 24 de Abril de 1965 junto al pueblo, partidos de izquierda y progresistas, derrocando al gobierno de facto El Triunvirato, electo Presidente Constitucional el doctor Rafael Molina Ureña, derrotar la maquinaria militar golpista y enfrentarse con valor a una intervención Militar de Estados Unidos de América, surgiendo el coronel Francisco Caamaño Deñó como líder del Movimiento Constitucionalista y electo Presidente Constitucional de la República el 4 de mayo de 1965, hasta la toma de posesión del doctor Héctor García Godoy como Presidente Provisional de la República el 3 de septiembre de 1965, después de arduos combates y negociaciones.

Entre el 28 de abril y el 3 de septiembre: la Guerra Patria por la soberanía nacional. Después de la Batalla del Hotel Matum del 19 de diciembre de 1965, ocurre el 22 de enero de 1966 el destierro de los líderes militares principales de la revolución que aún vivían: Caamaño Deñó, Montes Arache, Peña Taveras y Lachapelle Díaz a distintas Embajadas Dominicanas, acompañados de sus adjuntos y familiares.

Muerte de Caamaño

El 3 de febrero de 1973, nueve hombres desembarcaron en la Playa Caracoles al sur del país, con la intención de iniciar un frente guerrillero contra el gobierno de Joaquín Balaguer, al frente del grupo estaba el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Además de los dos combatientes caídos junto a él, acompañaron al comandante en su proyecto guerrillero Ramón Euclides Holguín Marte (Braulio), Hamlet Herman Pérez(Freddy), Mario Nelson Galán Durán (balaguer), Claudio Caamaño Grullón (Sergio1), Juan Ramón Payero Ulloa (Ismael) y Toribio Peña Jáquez (Felipe)

Antes del desembarco en la playa Caracoles Caamaño había decidido combatir al Triunvirato en una conspiracion organizada por altos mandos militares, los cuales al inicio del bombardeo comandado por Elias Wessin y Wessin, desertaron, Caamaño fue proclamado secretario de las Fuerzas Armadas Dominicanas, dirigió la lucha por la vuelta del presidente Bosch. Desde Puerto Rico, Juan Bosch delegó sus derechos constitucionales a Caamaño y el Congreso se reunió de emergencia para proclamarlo presidente constitucional de la República, luego del derrocamiento del profesor Juan Bosch, ocurrido el 25 de septiembre de 1963.

Con el estallido de la Revolución de Abril y luego de la muerte de su amigo, el también coronel Rafael Fernández Domínguez, en 1965, Caamaño toma parte protagónica en los movimientos revolucionarios, dando declaraciones ante Radio Televisión Dominicana de salir a las calles a luchar por la constitucionalidad. Fue proclamado Presidente de la República por el Congreso Nacional en 1965, en plenos combates.

Caamaño Deñó murió el 16 de febrero del  1973 en Nizao, provincia San José de Ocoa, cuando vino de Cuba al frente de un grupo guerrillero. Tras ser apresado por tropas militares en medio de los combates, se dispuso su fusilamiento, de acuerdo a testimonios de protagonistas de ese episodio.

Las Administraciones de Balaguer, 1966-1978





El Cambio de 1978

Ascenso del PRD al gobierno

En virtud del apoyo de amplios sectores de la población, Antonio Guzmán, candidato del Partido Revolucionario Dominicano a la presidencia, triunfó en las elecciones de 1978.
Este hecho abrió una etapa caracterizada por la democratización política y la consiguiente superación de muchos de los estilos autoritarios que habían caracterizado los doce años.
El cambio fue producto de la ampliación de la población urbana, entonces más orientada a favorecer el PRD que la rural. Pero también incidió la decepción de porciones considerables del campesinado por la parálisis de las reformas en el agro. Pasado ya bastante tiempo de la Revolución de Abril, se había debilitado la polarización en que se había escindido el país.  Por último, la concepción democrática de la administración del presidente norteamericano Jimmy Carter contribuyó a que se realizaran elecciones libres y a que sus resultados tuvieran que respetarse, a pesar de un conato de golpe de Estado la noche de las elecciones.
Aun así, el Partido Reformista alegó fraudes o irregularidades y logró el Fallo histórico de la Junta Central Electoral, por medio del cual se revocó a varios senadores electos del PRD y se adjudicaron sus posiciones a los candidatos del Partido Reformista. Lograda de ese modo la mayoría senatorial, el Partido Reformista tuvo poder de veto sobre los proyectos de leyes que emanaban del Poder Ejecutivo y mantuvo el control del aparato judicial y otras atribuciones.

Medidas de la administración Guzmán
Antonio Guzmán le imprimió un carácter personal a su gobierno, lo que contribuyó a alejarlo de algunos de los postulados ideológicos de su partido. Procuró darle una nota moderada, centrándose en la democratización política. De todas maneras, en el aspecto económico el gobierno de Guzmán varió la orientación de Balaguer de conceder prioridad a los gastos de capital.
Por medio de la ampliación de los gastos corrientes, se procedía a conceder empleos a  miembros del PRD, lo que se justificaba con la fórmula dela demanda inducida, que planteaba que el aumento de la demanda repercutiría en una dinamización de los sectores productivos.
El gobierno de Guzmán apoyó la producción agropecuaria. La población mejoró, sustancialmente, su capacidad de adquirir los alimentos necesarios para la dieta diaria, a pesar de que a un año de su mandato, devastó nuestros campos, el huracán David.

La crisis económica del gobierno
En el gobierno de Antonio Guzmán se produjo un apoyo extraordinario al sector agropecuario; su política de incrementar la demanda por medio del aumento del gasto público corriente, más que una dinamización de la producción interna, lo que provoco fue un gran incremento en las importaciones. Aunque se acudió a un voluminoso endeudamiento externo, el déficit fiscal fue tan importante que llegó a presionar la estabilidad monetaria.
El gobierno no tomó medidas para contrarrestar el populismo que acompañaba la demanda inducida, a excepción del fomento agrario. La nacionalización de la compañía Rosario Dominicana fue un acto aislado, más bien por presión de la opinión pública, dados los altos precios del oro.



Evolución de los gobiernos del PRD

La lucha de tendenticas
Con el fin de evitar la escisión del PRD, José Francisco Peña Gómez estimuló que los aspirantes a la presidencia de la República formaran grupos que denominó tendencias. En esa época, Peña Gómez se autoexcluía como candidato, por considerar que los sectores conservadores del país lo objetaban. La tendencia del senador del Distrito Nacional Salvador Jorge Blanco fue ganando apoyo a causa de la insatisfacción de muchos miembros del PRD por no ser designados en posiciones en el gobierno o por entender que la orientación del gobierno Guzmán no se correspondía con los postulados de la entidad.
Esto llevó a que en la convención de fines de 1981, Jorge Blanco fuera electo candidato a la presidencia y resultara triunfador en los comicios de 1982.
La política de ajustes del gobierno de Jorge Blanco
Jorge Blanco llegó a la presidencia prometiendo un gobierno que lograría la democracia económica, tras una fase de transición democrática de la administración precedente. Sin embargo, la delicada situación financiera dejada por el gobierno anterior llevó al nuevo presidente a aplicar un ajuste económico que vino a ser el preámbulo de una reorientación de la economía.
Con el fin de evitar los déficit presupuestarios y de la balanza de pagos, el gobierno fue disminuyendo los subsidios a muchos bienes de consumo masivo y los incentivos en que se había basado el desarrollo de la industria y otros sectores. Estas medidas se acompañaron por la devaluación del peso, con el fin de limitar las importaciones, lo que tuvo por efecto fomentar nuevas actividades económicas vinculadas al exterior, sobre todo turismo y zonas francas.

Descontento y modificación de las correlaciones de fuerza
La política de ajuste tuvo consecuencias sociales, entre las cuales se encontró la reducción de los salarios reales, que acompañó el alza de los precios.
Ello llevó al recrudecimiento del tipo de protestas iniciadas en 1979, consistentes en huelgas de sectores profesionales (como choferes), barriadas pobres y poblaciones, acompañadas de actos de violencia. Estas protestas culminaron en el estallido del 23 de abril de 1984 que siguió a alzas de precios de artículos de primera necesidad. Esa poblada, fue una de las más violentas y reprimidas. Una consecuencia de los ajustes económicos.

La división interna del PRD
El descontento social tuvo consecuencias en las actitudes de porciones considerables de la población. Por una parte, fue ganando fuerza el Partido de la Liberación Dominicana, que obtuvo tanto en las elecciones de 1982 como en las de 1986, un porcentaje de votos mayor a costa de segmentos antes favorables al Partido Revolucionario Dominicano.
Igual de importante fue la recuperación de márgenes de popularidad ad de Balaguer. En el interior del PRD se agudizaron los conflictos a consecuencia de la decisión de Peña Gómez de aspirar a la presidencia. Finalmente éste tuvo que ceder la candidatura a Jacobo Majluta, por medio del Pacto de la Unión, tras un grave incidente en el Hotel Concord. La ya virtual división del PRD y el auge del PLD dieron por resultado que Balaguer fuera declarado ganador en 1986.


Cambios y continuidades
A consecuencia de la evolución política reciente, el sistema político del país ha experimentado modificaciones significativas. La más importante ha sido el afianzamiento de determinadas normas de la tradición democrática del mundo occidental. En especial, ha terminado de hacerse efectiva la separación delos poderes del Estado, a consecuencia de la forma en que se ha producido la competencia entre los partidos políticos. Como ilustración de ello se ha logrado la independencia del Poder Judicial: el Pacto por la Democracia consignó la creación del
Consejo de la Magistratura, encargado de la designación de la Suprema Corte de Justicia, la que a su vez nombra a los jueces. A pesar de la importancia de esos cambios, persisten muchos componentes autoritarios del ordenamiento estatal tradicional, como el exceso de atribuciones del presidente de la República consignado en el artículo 55 de la Constitución. Esto ha dado lugar a que, bajo la administración de Leonel Fernández, se haya producido una aguda competencia entre los poderes del Estado.

La corrupción administrativa
Hay bastante consenso en el sentido de que muchos problemas siguen sin solución. Uno de ellos estriba en la corrupción administrativa, práctica que introduce ineficacia e ilegalidad en el manejo de los asuntos públicos y que da lugar a que, a menudo, se persiga la ocupación de cargos públicos con el exclusivo fin del lucro personal y no para servir a la población. Los intereses de los burócratas corrompidos se contraponen con las demandas de transparencia en la ejecución de los asuntos públicos y la consiguiente incidencia de la población en el sistema democrático. De tal manera, la corrupción ha ido introduciendo descreimiento respecto a la actividad política en amplios segmentos de la población y se ha tornado en un cáncer que corroe los requerimientos de transparencia y eficacia en la gestión de los asuntos públicos y estorba que la acción del Estado repercuta en un ordenamiento social equitativo. Se ha continuado con la práctica de otorgar contratos de grado a grado en todos los ámbitos de la administración pública. La ejecución del presupuesto, que es una norma de obligado cumplimiento en un sistema democrático, no es respetada. La Contraloría General de la República y la Cámara de Cuentas no reciben los documentos necesarios para justificar las cuentas públicas.

El Pacto por la Democracia y el Frente Patriótico
A pesar del inicio de cierta mejoría de la economía, en las elecciones de 1994 se registró una recuperación de la popularidad del PRD. Balaguer fue aclarado ganador, pero el PRD se negó a reconocer tal resultado aduciendo que se había cometido un fraude a través del padrón electoral. Tras negociaciones entre los tres partidos y enviados del gobierno de Estados Unidos, se firmó el Pacto por la Democracia, según el cual se recortaba el mandato de Balaguer a dos años y se modificaban artículos de la Constitución para consagrar la no reelección presidencial y la segunda vuelta en las elecciones presidenciales en caso de que ningún candidato alcance la mitad más uno de los votos emitidos.
Las elecciones de 1996 se llevaron a cabo en condiciones juzgadas idóneas por los participantes. En la primera vuelta Peña Gómez obtuvo el mayor porcentaje, pero para evitar su triunfo en la segunda vuelta, et PLD y el PRSC acordaron un Frente Patriótico, por medio del cual el segundo respaldaba a Leonel Fernández, candidato del PLD, que triunfó con una ligera mayoría. El triunfo del candidato del Partido de la Liberación Dominicana no fue objetado por ninguno de los otros candidatos, dada la credibilidad de la Junta Central Electoral.

Las dos últimas administraciones de Balaguer
Nuevas condiciones
Los cambios acaecidos en los ocho años anteriores condicionaron muchos de los aspectos de las ejecutorias de Balaguer a partir de 1986. Dejó de haber un estado de confrontación y la represión política fue casi inexistente. El veterano presidente buscó ampliar su influencia sobre la base de la legitimidad, para lo cual enunció una política de eficacia, honestidad y democracia.
Su principal maniobra radicó en el sometimiento a juicio del ex presidente Jorge Blanco y muchos de sus colaboradores acusados de peculado. A pesar de los cambios sucedidos en la economía en años anteriores, Balaguer volvió a aplicar la orientación de expandir el gasto de capital, sobre todo en construcciones, al tiempo que se empeñaba en mantener fijo el tipo de cambio.
Esto ocasionó una tendencia al inflamiento del déficit en el presupuesto del gobierno y una grave escasez de divisas. En medio de una severa crisis económica, con inflación de 100%, y sometido a la presión de los organismos internacionales, en 1990 Balaguer se vio forzado a iniciar cambios parciales en la política económica, los cuales se analizarán en el siguiente capítulo. En otros aspectos, el gobierno no promovió innovaciones, lo que dio lugar a una parálisis de la actividad económica.

Descontento y elecciones de 1990
Lo arriba indicado, junto a los efectos de la inflación y el desabastecimiento de artículos de primera necesidad, generó un estado de descontento en todos los sectores sociales.
A fines de la década de 1980 se sucedieron huelgas que perseguían alzas de salarios y reducciones de precios y otras medidas puntuales. Este estado de ánimo se manifestó en un incremento de la popularidad del PLD, en parte ocasionado por la división del PRD.
En las elecciones de 1990 Balaguer fue declarado triunfador con un margen reducido sobre el PLD, y hubo acusaciones de fraudes y de utilización ilegal de los recursos del Estado.



Similitudes entre los partidos
Otro rasgo del sistema actual radica en una débil participación de la generalidad de la población en los asuntos públicos. En principio, los partidos asumen la función de representación de la población, pero en gran medida funcionan como maquinarias electorales.
Por otra parte, las organizaciones sociales son débiles e inciden en escasa proporción sobre el sistema político. Las élites políticas, independientemente del partido al que pertenezcan, se han ido asemejando en forma creciente, respondiendo cada una al propósito de alcanzar el poder o mantener la mayor cuota dentro del mismo.
Lo anterior ha dado lugar a que, pese a los relativos planos de institucionalización logrados en años anteriores, no haya sido posible obviar enfrentamientos agudos entre partidos y poderes del Estado que repercuten sobre la estabilidad política. Sin embargo, la Oficina de Modernización del Estado ha hecho esfuerzos loables para que las reglas de un Estado democrático rijan la vida política de la sociedad dominicana.

El Congreso Nacional

El Congreso Nacional es el centro de la elaboración de las leyes. Está integrado por diputados y senadores elegidos. Es el centro del desarrollo y del ejercicio democrático, por tanto sus actividades deben realizarse al margen del poder Ejecutivo o de los intereses partidarios. Sin embargo, a veces prima el interés partidista por encima del interés nacional en la toma de algunas decisiones.


  Fuente: http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2011/11/11/210571/gobierno-de-mon-caceres- y-su-tragica-muerte
               http://www.republica-dominicana-live.com/republica-dominicana/personajes/horacio-vasquez.html
               http://dopedia.blogspot.com/2014/09/caracteristicas-del-gobierno-de-horacio.html
               https://www.ecured.cu/Juan_Isidro_Jimenes_y_Pereyra
               http://vanguardiadelpueblo.do/2014/04/07/los-caudillos-del-siglo-xx/
               La dictadura de Trujillo (1930-1961) Autor: © Augusto Sención Villalona © Archivo General de la Nación
              (Vol. CLXXXIII)
               http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2010/05/30/144047/el-pais-tras-la-muerte-del-tirano-1-de-3
               https://www.diariolibre.com/opinion/la-revolucin-de-abril-de-1965-HIDL333361
               http://hoy.com.do/se-cumplen-hoy-44-anos-del-fusilamiento-de-francisco-caamano-deno/

lunes, 31 de julio de 2017

Movimientos anticolonistas en el Caribe español

La lucha por la independencia de Cuba


La mayor parte de las plantaciones eran propiedad de los criollos, los cuales dependían, para tomar algunas decisiones, de la metrópoli española y de sus representantes en Cuba. Por lo que, cuando fueron obteniendo grandes beneficios en sus plantaciones, los criollos entendieron que España representaba un verdadero obstáculo para su desarrollo como sector social. Sin embargo, les preocupaba que un enfrentamiento terminara destruyendo las plantaciones, y de paso sus riquezas. De ahí que, los criollos terminaron aceptando Ia protección de España para preservar su situación social y económica. Los criollos no pensaban en la independencia, su economía se sustentaba en la esclavitud y tenían tendencia anexionista, principalmente hacia los Estados Unidos.
Modificaciones políticas en España

Ya para 1820 las únicas colonias que tenía España en América eran Cuba y
Puerto Rico, por lo que se tomaron medidas para preservar Ia colonia de Cuba:
Permitirles a los criollos comercializar con otros países.
Libre entrada de esclavos.
Relaciones comerciales con los Estados Unidos.
Esta situación provocó un aumento vertiginoso de Ia producción azucarera en Cuba, llegándose a formar una verdadera oligarquía esclavista.














Criollos y burócratas
Las contradicciones entre los criollos y los burócratas representantes de los intereses de la metrópolis no tardaron en aparecer, pues estos últimos imponían sus normas y leyes y los criollos comenzaron a plantearse la posibilidad de buscar Ia independencia como lo habían hecho otros pueblos del continente americano.



















Surgieron tres tendencias:

Reformistas. Aspiraban a que Cuba conservara su condición de colonia, pero teniendo ellos más beneficios económicos y mayores derechos políticos.
Anexionistas. Buscaban separarse de España y anexarse a los Estados Unidos para continuar desarrollando el comercio y conservando la esclavitud.
Independentistas. Eran partidarios de que se rompieran todos los vínculos existentes con España y se proclamara Ia independencia total. Este sector tendría una participación bastante amplia en las luchas por Ia independencia de Cuba, en toda Ia segunda mitad del siglo XIX.

La guerra de los 10 años
La primera insurrección armada en contra del gobierno español y a favor de la independencia ocurrió el to de octubre de 1868 en Yara; ésta se conoce como el Grito de Yara. Los enfrentamientos se extendieron hacia otras regiones del país. Este conflicto culminó en el 1878 con la firma de la Paz de Zanjón, por lo que se le conoce como Ia guerra de los diez años o primera guerra de independencia. Su fracaso se debió a los diversos puntos de vista que predominaban entre los independentistas sobre el tema de la esclavitud, la independencia total o la dependencia de los Estados Unidos.

La lucha por la independencia continúa
En el 1895 los cubanos se disponen a luchar por la independencia, dirigidos por José Martí, quien redactó y firmó, conjuntamente con Máximo Gómez, el Manifiesto de Monte Cristi, el 25 de marzo de ese año en Monte Cristi, República Dominicana. Ese documento contiene las orientaciones políticas de la guerra trazada por el Partido Revolucionario Cubano, fundado en el 1.892, bajo Ia orientación de José Martí.




















Otros líderes militares importantes en esta guerra fueron: Antonio Maceo, Carlos Céspedes y Guillermo Moncada. El 7 de diciembre de 1897, perdió la vida Antonio Maceo en una emboscada, al oeste de La Habana. Ya para finales del siglo XIX, Estados Unidos intervenía cada vez más y con mayor intensidad en Ia producción azucarera, lográndose en 1898, que España reconociera la autonomía cubana, pero cuando ya Ia guerra había tomado un rumbo del que parecía no había retorno. Estados Unidos se había involucrado en Ia contienda, a causa de Ia destrucción del acorazado estadounidense Maine, el 15 de febrero de 1898, por una mina submarina. De esta manera surgió la Guerra Hispanoamericana entre Estados Unidos y España; la intervención del gobierno de los Estados Unidos en ese conflicto pospuso para el 1902 la independencia de Cuba, bajo el protectorado estadounidense.




















La lucha por la independencia de Puerto Rico

Origen de las plantaciones en Puerto Rico

La colonia de Puerto Rico fue una de las más pobres en todo el Caribe, esta condición se mantuvo invariable hasta mediados del siglo XIX. Su economía estaba marcada por los hatos ganaderos y prácticas agrícolas orientadas hacia la satisfacción de las necesidades culinarias.
El panorama cambió cuando la colonia de Cuba perdió importancia económica y política, pues Puerto Rico pasó a representar el principal centro de atención de España en el Caribe. Por lo que se construyeron grandes fortificaciones para su defensa. De igual manera, llegaron refugiados de diferentes lugares del continente (Cuba, Venezuela, etc.). Algunos de los refugiados trajeron a la isla capitales y esclavos y contaron con el apoyo de la metrópolis española para instalar ingenios azucareros. El principal centro azucarero se constituyó en los alrededores de Ponce.

España estimuló el libre comercio, por lo que comerciantes de otros países se instalaron en la isla. La apertura fue tal, que comerciantes españoles y franceses de las islas Baleares y Córcega emigraron hacia Puerto Rico. Las plantaciones se establecieron sobre Ia base de la destrucción de los hatos ganaderos, en cambio la agricultura de subsistencia se mantuvo. Por tanto, en la isla se mantuvo la siguiente situación:
En todas las costas predominaban las plantaciones.
En las montañas, la agricultura de subsistencia, impulsada por los campesinos.
El sector social de los plantadores no fue tan fuerte como en Cuba y la población esclava no fue tan abundante. En cambio, los campesinos fueron mantenidos en condiciones de dependencia a través de las deudas.


















El nacionalismo

Las acciones nacionalistas fueron escasas, lo que se debe a los siguientes elementos:
El sector social de los plantadores no se sentía identificado con el nacionalismo, pues eran españoles, franceses, etc., con poco tiempo en Ia isla.
Los refugiados que llegaron a Ia isla huían de las guerras de independencia de otros países que luchaban por la misma.
De ahí proviene Ia debilidad de una conciencia nocional que estimulara a Luchar por Ia independencia en esa isla.

Luchando por la independencia

El lanzamiento del Grito de Lares, el 23 de septiembre de 1868, representa para los puertorriqueños el inicio de un importante movimiento a favor de su independencia de España. Esta lucha estuvo conducida por Ramón Emeterio Betances, quien, junto a José Martí, Gregorio Luperón y Eugenio María de Hostos, entre otros, representaba el movimiento antillanista, el cual perseguía la independencia de todas las Antillas. Ramón Emeterio Betances, era partidario también de Ia formación de la Confederación Antillana para contrarrestar la penetración de las potencias económicas europeas y luego los Estados Unidos. En el 1867 escribió: " Cubanos y puertorriqueños”, unid vuestros esfuerzos, trabajad de concierto, somos hermanos, somos uno en la desgracia; seamos uno también en la Revolución y en la independencia de Cuba y Puerto Rico. Así podremos formar mañana Ia Confederación de las Antillas". Luego agregó: "Las Antillas atraviesan hoy por el momento más peligroso que se les ha presentado y que jamás se les podría presentar, porque se trata para ellas de la cuestión de ser o no ser. Unámonos. Ahora o nunca... porque separados nos aplastarán como pigmeos".
El movimiento que se inició en el 1868 fue sofocado por las autoridades. Sin embargo, la lucha por Ia independencia se mantuvo. Betances se convirtió en un propagador de Ia independencia puertorriqueña dentro y fuera de Puerto Rico. De esta manera lograron en el 1897 una Carta Autonómica que les concedía un conjunto  de derechos, pero no la independencia, pues el gobernador de la isla lo nombraba el Rey de España.

Presencia de los Estados Unidos

De igual manera que en Cuba, la lucha por Ia independencia en Puerto Rico estuvo afectada por las luchas libradas entre Estados Unidos y España por el control de las islas del Caribe. En el desarrollo de la Guerra Hispanoamericana, el gobierno de los Estados Unidos atacó a las posiciones españolas de la isla de Puerto Rico. Por tanto, cuando se firmó el Tratado de París el 10 de diciembre de 1898, Puerto Rico pasó a ser controlado por el gobierno de los Estados Unidos, situación que mantiene hasta la actualidad, debido a que tiene categoría política de Estado Libre Asociado.


























Fuente: Ciencias sociales 7, editorial actualidad, tercera edición vl7, 2009



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